¿Qué es el suelo? La tierra que pisamos o el suelo, es una fina capa que cubre la superficie de la Tierra. Es una mezcla de rocas erosionadas, nutrientes minerales, materia orgánica en descomposición, agua, aire y montones de pequeños organismos vivos.
¿Cómo se forma el suelo? El nuevo suelo se está formando todo el tiempo, pero es un proceso lento. En un clima húmedo pueden pasar hasta 15 años para formarse sólo media pulgada de tierra. En un clima seco es incluso más lento.
¿Por qué es importante el suelo? El suelo es la base misma de la vida en la Tierra, ya que tiene la mayor parte de los nutrientes que las plantas necesitan para crecer. Las plantas, a su vez alimentan a los animales y al hombre. Es interesante pensar en cómo después de un largo ciclo, los nutrientes del suelo algún día terminan en nosotros.
El suelo también es el lugar donde se almacena la mayor parte del agua potable. El agua dulce se desliza a través del suelo, filtrándose a medida que avanza. A menudo se queda en ríos subterráneos llamados acuíferos, donde podemos obtenerla según la vamos necesitando. En otras palabras, gracias a los suelos tenemos agua limpia y fresca para beber.
Mirando de cerca a los suelos… No todos los suelos son iguales. Si hacemos un corte hacia abajo en el suelo, podemos observar diferentes capas en él. Esto se conoce como un perfil de suelo.
La capa superior del suelo se denomina capa exterior de hojarasca. Aquí es donde se encuentra todo lo que pertenece a cualquier ecosistema, incluyendo hojas, ramas, excrementos de animales y organismos, los hongos y otras materias en descomposición.
La siguiente capa se llama capa superficial del suelo o humus. Se compone de materia orgánica en descomposición y los minerales de las rocas que están a la intemperie y se han desintegrado en pedacitos con el tiempo. La materia orgánica en descomposición contribuye con la retención de agua del suelo, esto es bueno para el crecimiento de las plantas. A su vez, las plantas pueden anclar sus raíces en la capa superior del suelo y evitar que las condiciones adversas del clima las arrastren o las hagan volar.
Las dos capas superiores son muy importantes para la vida en la Tierra. Contienen organismos como las lombrices de tierra, insectos, hongos y bacterias, criaturas subterráneas que constituyen una red alimentaria invisible y propia. Cada centímetro de suelo está lleno de seres vivos, una pala de tierra de tu jardín puede tener millones de bacterias y otros microorganismos útiles, que se encargan de descomponer la hojarasca en nutrientes reutilizables. Estos nutrientes se disuelven en el agua del suelo, luego los árboles y las plantas los absorben con sus raíces y los emplean para crecer. El suelo más fértil es oscuro, quebradizo y se parece mucho a un rico pastel de chocolate.
La siguiente capa del suelo se denomina subsuelo y está compuesta por roca desmoronada, arena, arcilla, grava y limo. A continuación, se encuentra la materia original, la base real que subyace bajo las capas del suelo.
Aprendiendo sobre las rocas
Existen tres tipos diferentes de rocas, sedimentaria, metamórfica e ígnea. Y sus nombres se deben a cómo se forman.
La roca sedimentaria se forma del sedimento -pequeñas partículas de materiales, como granos de arena, rocas y conchas. El sedimento se asienta en capas por un largo periodo de tiempo y eventualmente se endurece en una roca, haciéndolo ideal para la formación de fósiles. La roca sedimentaria puede preservar sus materiales tipo partículas y ser fácil de romper y fragmentar. Buscando este tipo de materiales (arena, roca y conchas) es una manera de identificar rápidamente la roca sedimentaria. Ejemplos de roca sedimentaria son la piedra caliza y areniza.
La roca metamórfica se forma bajo grandes presiones. Esta metamorfosis, o cambio, sucede muy profundo de la superficie terrestre, donde existe extremo calor y presión. La roca metamórfica frecuentemente se encuentra en largas pacas en forma de cinta con crecimientos de cristales en su superficie. Ejemplos de roca metamórfica son el mármol y el gneis.
La roca ígnea se forma cuando la roca derretida en las profundidades de la Tierra, llamado magma, se enfría y endurece. Esto puede suceder en la superficie de la Tierra, cuando el magma sale desde un volcán en forma de lava y se enfría en el aire o agua (en erupciones submarinas). Cuando el magma se enfría rápidamente, se endurece sin cuartearse, dejando la roca resultante brillante, a veces en forma de cristal y otras veces llena de huecos donde las burbujas de gas quedaron atrapadas. Ejemplos de roca ígnea son la obsidiana y el basalto.
¿Cómo la naturaleza y los seres humanos pueden afectar el suelo del planeta?
La pérdida de suelo por desastres naturales: en ocasiones, cuando ocurren abundantes lluvias, por ejemplo sobre una montaña muy empinada, la capa exterior de hojarasca, la capa superficial del suelo y el subsuelo, se deslizan fuera de la roca madre, junto a muchas de las plantas y árboles arraigados en ellas. Esto deja un lecho de roca desnuda bajo la montaña, que puede permanecer así durante siglos. Con el tiempo se irá formando un nuevo suelo, que comenzará a acumularse en las grietas, dando paso al crecimiento de nuevas plantas.
La pérdida de tierra por desastres artificiales: las personas pueden afectar el suelo de muchas maneras, por ejemplo contaminándolo con productos químicos y desechos de todo tipo, agotando sus nutrientes mediante la agricultura excesiva en suelos fértiles, hasta convertirlos en desiertos, permitiendo que el ganado paste siempre en los mismos lugares, hasta que la vida vegetal desaparece. En una pradera seca, la hierba enraizada en el suelo puede ser lo único que mantenga su estabilidad. Si permitimos que muchos animales pastoreen en el área durante demasiado tiempo, la hierba será totalmente arrancada y el suelo perderá sus raíces de anclaje. Entonces el lugar puede convertirse en un desierto, provocando graves efectos para el suelo y las personas que viven allí.
La desertificación y la pérdida de suelo es un problema mundial. Los científicos creen que cada año se pierden aproximadamente 24 mil millones de toneladas de capa superficial de suelo por la erosión del viento, del agua y otras causas. Más del 40% de la superficie de la Tierra está seca y más de 2 mil millones de personas viven en zonas de este tipo.
Conozcan una triste historia relacionada con la contaminación del suelo. En Niagara Falls, Nueva York, existía un vecindario que había sido propiedad de una compañía de productos químicos y plásticos. La compañía descargó 22 000 toneladas de residuos químicos en el suelo de este poblado y la cubrió con una capa de arcilla. Luego el sitio fue vendido y se construyó allí una comunidad y su escuela. Desafortunadamente ese no era un lugar seguro para las personas, porque el suelo estaba muy contaminado. Con el tiempo se dieron cuenta de que las personas se estaban enfermando por el suelo contaminado y toda la comunidad fue cerrada. Esperamos que este hecho te haya servido para comprender la importancia de mantener el suelo limpio para proteger el agua potable, los alimentos, la vida silvestre y los hogares de nuestras familias.