Descripción. Con sus enormes inflorescencias con forma de cuenco, la protea es una de las plantas más espectaculares de la familia Proteaceae, y en consecuencia, ha sido designada como la flor nacional de Sudáfrica. La protea es un arbusto leñoso, con tallos gruesos que llevan a racimos de flores de color rosa o púrpura, dispuesto en cabezuelas grandes, rodeadas por grandes brácteas estrechas y coloridas, y por hojas aplanadas. La apariencia de la protea varía sustancialmente en toda su gama y una cantidad sorprendente de 81 variedades han sido empleadas en la horticultura. Sin embargo, aquellas que tienen brácteas de color rosa pálido y un brillo plateado son las más reconocidas y ampliamente utilizadas como plantas decorativas de jardín. La semilla de la protea es un hueso de gran tamaño que está cubierto de pelos.

Esta planta, también conocido como protea gigante, puede alcanzar una altura entre los 35 y 200 cm, y la cabeza de la flor puede alcanzar un diámetro de 12 a 30 cm.

Reino: Plantas
Phylum Traqueófitas
Clasificación: Magnoliopsida
Orden: Proteales
Familia: Proteaceae
Género: Protea

Biología. La protea es una planta perenne que florece durante varios meses cada año. Aves como los pájaros sol  e insectos, como los escarabajos, son atraídos por el dulce néctar rico en azúcar, así como por las brácteas de vivos colores y estilos, convirtiéndose de esa forma en sus principales polinizadores. La mayoría de las flores se producen en plantas jóvenes de hasta cinco años, aunque de vez en cuando  algunas plantas de hasta 15 años de edad pueden florecer también. Mientras menos nutrientes existan en los suelos donde crece esta planta, menor será la cantidad de flores que produzcan semillas ricas en nutrientes. Estas semillas se almacenan en la planta en conos a prueba de incendios y son liberadas generalmente después de un incendio, cuando los conos se secan y las semillas quedan expuestas, sirviendo en ocasiones como alimento para aves y mamíferos.  Estas semillas son dispersadas por el viento y germinan después de las fuertes lluvias de otoño principalmente, después de ocurrir algún incendio en el área, gran parte de su vegetación es quemado, sin embargo esta planta persiste en un tronco subterráneo, del que más tarde brotarán varios vástagos.

Distribución. La protea es endémica de la Región Floral del Cabo, Sudáfrica, donde se encuentra desde Cedarberg en el noroeste hasta Grahamstown en el este.

Hábitat. La protea crece entre los matorrales fynbos de las cordilleras, entre el nivel del mar y los 1.500 metros.

Estado. Esta especie aún no ha sido clasificada por la UICN.

Amenazas. Aunque escasamente distribuida, la protea se sigue reproduciendo ampliamente y como resultado ha sido clasificada como de Preocupación Menor en la Lista Roja de Datos en Sudáfrica. No obstante, alrededor del 20 por ciento de hábitat de la protea se ha perdido a causa de la urbanización,  la agricultura y las plantaciones. Los incendios naturales alrededor de las zonas urbanas tienden a disminuir, pero contradictoriamente esta planta depende de ellos para la reproducción, de ahí que la especie esté perdiendo su capacidad para reproducirse. A esto se suma la introducción de especies de plantas no nativas, dando lugar a una mayor competencia por los recursos naturales.

Conservación. La protea está restringida al hábitat botánicamente rico de la Región Floral del Cabo, donde su conservación es una prioridad. Las medidas de conservación que actualmente se están llevando a cabo en la región incluyen la restauración del paisaje a su estado natural, a través de la quema y tala de plantas no nativas, además de la compra de tierras para protegerlas del desarrollo urbano y la agricultura. En la actualidad, sólo una pequeña proporción de la Región Floral del Cabo se encuentra dentro de las reservas, y muchas de las áreas protegidas son propiedad privada, creando una tendencia a que los niveles de protección sean pobres y variables. Para garantizar la conservación de las poblaciones de esta planta maravillosa, debe establecerse una red más amplia de áreas protegidas, de manera que se logre mayor conectividad entre las reservas. La Organización Internacional para la Conservación de la Fauna y Flora está coordinando proyectos que promueven el cultivo ecológico y económicamente sostenible de las plantas fynbos, para proporcionarle a la comunidad de este frágil ecosistema una protección dirigida a largo plazo.