Existen muchos tipos de células en el cuerpo humano, cada uno cumpliendo con sus funciones importantes. Hay células musculares, células óseas, células de la piel y células de la sangre, sólo por nombrar algunas.
Cada tipo de célula actúa de forma diferente para adaptarse a su desempeño en el cuerpo. Por ejemplo, las células de los músculos pueden estirarse y contraerse de nuevo para adaptarse a la forma en que un músculo necesita hacerlo. Una célula nerviosa no se puede estirar o extender, pero tiene una cola muy larga hacia abajo que permite el envío de una señal, desde una parte del cuerpo hacia otra, según las órdenes del sistema nervioso.
Los grupos de células del mismo tipo forman un tejido. Dos o más tipos de tejidos juntos forman a los órganos, como el corazón o los pulmones. Muchos órganos juntos forman un sistema de órganos, como el sistema digestivo o el sistema respiratorio. Finalmente, todos los sistemas de órganos forman un organismo, como tú, un perro o una ballena azul.
Como ves, la organización del cuerpo parte desde las células hacia los tejidos, luego a los órganos, los sistemas de órganos hasta formar un organismo completamente funcional.