Existen más de 2.200 especies de mantis, todos clasificados como insectos. Algunos de ellos son fáciles de confundir con saltamontes y grillos, debido a su tamaño y forma, como resultado, muchas personas tienen a la mantis religiosa viviendo alrededor de sus casas y negocios, pero no logran reconocerlos.
Hay varios mitos acerca de la mantis, entre ellos que es ilegal llevar un Mantis como mascota o matarlas. No existen tales leyes.
Descripción. Las patas delanteras de la mantis religiosa les permiten agarrar los elementos y mantenerlos de forma segura. Tienen un largo segmento en el cuerpo que se conoce como protórax, el cual es largo y flexible y le permite tener una amplia gama de movimientos. Su cabeza puede moverse 300 grados, y tienen ojos muy grandes. Usan su vista para encontrar los alimentos. Son de color verde o marrón claro, dependiendo de la especie.El otro mito común es que la mantis religiosa posee números drásticamente bajos. Lo cierto es que están prosperando. Se pueden encontrar por ahí, pero hay que buscar detalladamente pues se funden muy bien en su entorno.
Distribución. La mantis se encuentra en todo el mundo, en los climas más cálidos. No pueden sobrevivir en lugares demasiados fríos durante partes del año pues se congela y muere. Se han introducido en varias granjas y hábitats, pues la mantis consume varios insectos que pueden dañar los cultivos y plantas. Esto reduce la necesidad de pesticidas.
Comportamiento. Dado que se mantienen en una posición parecida a orar, se les conoce como mantis religiosa. Esta posición le permite a la mantis ser capaz de esperar pacientemente a su presa y a permanecer camuflados de varios depredadores. Tienden a aislarse, y no toleran que los demás estén cerca a menos que estén buscando compañero.
Alimentación. La mantis es un depredador, y son extremadamente calculadores con lo que cazan. Usan sus patas delanteras para conseguir la presa y mantenerla. Consumen lagartos, pequeños roedores, ranas, aves, serpientes e insectos. También son conocidos por ser caníbales, ya que consumirán a otras mantis.
Reproducción. En cautiverio, se observa que las hembras matan a los machos con los que se aparean y los consumen. Estos rituales no son fácilmente encontrados en la naturaleza, aunque pueden ser parte de ella a veces. Tal vez sea para asegurarse de que los machos no anden alrededor de los huevos o pongan a los jóvenes en situación de riesgo. Una hembra puede poner hasta 400 huevos. Ella los oculta de la mejor manera que puede, cuando nacen los jóvenes instintivamente atienden sus propias necesidades. La esperanza de vida es, por lo general, de sólo unos 10 meses, para aquellos que logran sobrevivir.