Al kril antártico tiene crédito por ayudar a mantener el equilibrio en el ecosistema alrededor de la Antártida, donde la comida es limitada y un número limitado de animales pueden prosperar en condiciones tan duras. Sin esta fuente de alimento en particular, toda la existencia animal estaría en grave peligro.
Descripción. El kril antártico es un pequeño crustáceo, similar en tamaño a los camarones. Miden no más de 2 pulgadas de largo, y tienen cuerpos largos, casi transparentes en color, con áreas verdes y marrón que les ayudan a mezclarse con los alrededores.
Distribución. Como habrás adivinado por su nombre, viven en las aguas antárticas, donde se basan en los diversos elementos de su ecosistema para sobrevivir. Durante los meses de verano antártico, el krill va a vivir más cerca de la superficie del agua, en el frío del invierno, se trasladarán a aguas más profundas, donde hace más calor.
Comportamiento. Estas formas de vida viven en enjambres muy grandes en el agua que pueden ser de hasta 10.000 a 30.000 kriles en cualquier lugar. Buscan la seguridad en los números, pero esto no siempre funciona. Un gran depredador puede llegar y consumir gran cantidad de estos, o a todos, de un momento a otro. Se sabe que en estos grandes enjambres forman varios subgrupos, pero todavía hay mucho que no sabemos sobre la jerarquía y la comunicación del kril.
Alimentación. El kril antártico se alimenta de fitoplancton, el cual existe en números muy altos, así que realmente no tienen problemas para encontrar comida. Tienden a comer todos los días, pero no necesitan grandes cantidades de alimentos para su supervivencia. Deben tener cuidado, pues mientras se están alimentando existe una muy buena posibilidad de que también se conviertan en comida.
Reproducción. Existen varios periodos de desove para el kril antártico, durante la época más cálida del año existen más alimentos, y los kriles realizan un largo viaje a las zonas de desove, cerca de las costas, donde se llevará a cabo el apareamiento, las hembras ponen cientos de huevos cada vez que desovan. Los huevos se fijan en el agua de diversas plantas u otros elementos, y luego pasan a través de cuatro etapas de larvas, el tiempo de cada etapa depende de las temperaturas del agua.
El kril antártico puede vivir por un período de hasta 6 años o más en la naturaleza, sin embargo, muy rara vez son capaces de hacerlo, debido a que constituyen, en una muy alta tasa, los recursos alimenticios de muchos otros seres vivos. En algunos lugares se reproducen comercialmente, para crear aceite de kril, un suplemento común en el mercado hoy en día.
Conservación. El número de kriles antárticos sigue bajando, debido a los cambios climáticos. El hecho de que no haya tanto hielo como solía haber en la Antártida, significa que nos se producen tantas formaciones de las algas que necesitan para comer. Se cree que la disminución de sus números, ha provocado también la disminución de los números de pingüinos. Los expertos advierten de que si este descenso continúa, el saldo total en la cadena alimentaria en la Antártida puede ser devastador.