Los humedales son zonas donde el agua cubre el suelo, o está presente en o muy cerca de la superficie del suelo durante todo el año o durante períodos variables de tiempo durante el año. La saturación de agua (hidrología) determina en gran medida de cómo se desarrolla el suelo y los tipos de comunidades, vegetales y animales, que viven en y sobre el suelo. Los humedales pueden mantener a especies tanto acuáticas como terrestres. La presencia prolongada de agua crea condiciones que favorecen el crecimiento de plantas especialmente adaptadas (hidrofitos) y promueven el desarrollo de las características de los humedales (suelos hídricos).
Los humedales varían ampliamente debido a las diferencias regionales y locales en los suelos, la topografía, el clima, la hidrología, la química del agua, la vegetación y otros factores, incluyendo la perturbación humana. De hecho, los humedales se encuentran desde la tundra hasta los trópicos y en todos los continentes excepto la Antártida.
El papel de los humedales en un ecosistema
Los humedales previenen las inundaciones mediante la retención de agua, como una esponja. Al hacerlo, los humedales ayudan a mantener los niveles de los ríos normales y filtrar y purificar el agua de la superficie.
Los humedales acaparan el agua durante las tormentas o cuando los niveles de agua son altos. Sin embargo, cuando los niveles de agua son bajos, los humedales lentamente liberan el agua.
Los humedales también liberan materia vegetal en los ríos, lo que ayuda como alimento para los peces en los ríos. Los humedales también ayudan a contrarrestar el efecto humano sobre los ríos y ecosistemas circundantes.
Muchos animales que viven en otros hábitats utilizan los humedales para la migración o reproducción. Por ejemplo, las garzas anidan en grandes árboles viejos, pero necesitan zonas de poca profundidad con el fin de alimentarse. Los anfibios a menudo se alimentan en las zonas de tierras altas, pero vuelven al agua para aparearse y reproducirse.
Aunque los humedales son verdaderamente únicos, no deben ser considerados como hábitat aislado e independiente. Por el contrario, los humedales son vitales para la salud de todos los otros biomas, para la vida silvestre y los seres humanos en todas partes.
A diferencia de la mayoría de los otros hábitats, los humedales mejoran directamente a los ecosistemas. Debido a sus numerosos beneficios de limpieza, los humedales han sido comparados con los “riñones” de nuestro planeta. La analogía es buena. Tanto los humedales como los riñones de nuestro cuerpo ayudan a controlar el flujo de agua y limpiar el sistema.
Los ríos depositan gran cantidad de sedimentos en el océano, se trata de suelo que ha sido erosionado. Las plantas firmemente enraizadas en el fondo fangoso, pero con tallos que se elevan por encima de la superficie del agua, son capaces de frenar radicalmente el flujo de agua. Como resultado, contrarrestan las fuerzas erosivas del agua que se mueve a lo largo de lagos y ríos.
Los humedales también limpian el agua mediante la filtración de la sedimentación, la descomposición de materia vegetal y la transformación de los productos químicos en el agua.
La capacidad de los humedales para reciclar nutrientes los hace críticos en el funcionamiento global de la tierra. Ningún otro ecosistema es tan productivo, ni sustituye este proceso de conversión. En algunos lugares incluso se desarrollan humedales artificiales únicamente con el propósito de la purificación del agua.