Descripción. Con una ubicación única en la encrucijada de Europa, Asia y África, la cuenca del Mediterráneo es una de las regiones biológicamente más ricas y complejas de la Tierra. Casi 12.000 de sus especies no se encuentran en ninguna otra parte, la cuenca del Mediterráneo es considerado como uno de “puntos calientes” de biodiversidad del planeta debido al alto nivel de endemismo de la región.
Ocupada por los seres humanos desde hace alrededor de ocho mil años, la cuenca del Mediterráneo ha sufrido como era de esperar, alteraciones dramáticas en su vegetación original de bosques de roble, bosques caducifolios y de coníferas. A pesar de ello, la región sigue siendo el hogar de una espectacular variedad de hábitats, incluyendo bosques de pinos, montañas de hasta 4.500 metros de altura, una floresta espectacular y litorales sensacionales. Cuenta con el mar interior más grande del mundo, el Mar Mediterráneo, que abarca 2,5 millones de kilómetros cuadrados y es hogar de una muy variada selección de vida marina.
La cuenca mediterránea tiene lo que se denomina un “clima mediterráneo”, que describe el clima bien definido subtropical compartido por cinco regiones en todo el mundo, de los que la cuenca mediterránea es la más grande. Este clima se caracteriza por veranos calurosos y secos e inviernos fríos y húmedos. A pesar de esta generalización, la temperatura y las precipitaciones pueden variar mucho en toda la región, con la precipitación anual promedio que va desde un mínimo de 100 milímetros en algunas zonas a más de 4.000 milímetros en otras. El clima se considera generalmente, más severo en el norte de la ribera sur del Mediterráneo.
Rango. La Cuenca Mediterránea abarca el área que rodea el mar Mediterráneo y cubre 2.085.292 kilómetros cuadrados. Incluye 24 países repartidos en 3 continentes.
De oeste a este, la cuenca del Mediterráneo se extiende alrededor de 3.800 kilómetros entre Portugal y el Líbano y alrededor de 1.000 kilómetros de norte a sur, desde Italia a Marruecos y Libia. También incluye unas 5.000 islas de todo el mar Mediterráneo y las islas de Macaronesia del Océano Atlántico Norte.
Biodiversidad
Plantas. La cuenca mediterránea es particularmente conocida por su espectacular colección de plantas endémicas, el 52 por ciento de las 22.500 especies que tiene no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. El nivel de endemismo es especialmente alto en las islas del Mediterráneo, donde las especies han evolucionado para sobrevivir en hábitats muy específicos. Los Centaureinae malteses roca (Cheirolophuscrassifolius) sólo crecen en los acantilados ventosos de Malta, mientras que las flores rosadas, Silene hicesiae, sólo se sabe que se encuentran en las laderas de dos islotes volcánicos.
Debido a la larga historia de ocupación humana en la cuenca del Mediterráneo, muchos de los bosques han sido sustituidos por una florística rica en matorrales. La maleza mediterránea ubicua se clasifica a veces en diferentes tipos, dependiendo de factores tales como la composición y el tipo del suelo, a pesar de que los límites entre estos están indefinidos, se puede observar claramente que producen un mosaico de varios tipos de comunidades de plantas. Tal vez el habitante más icónico de esta region es el olivo (Olea europaea), un árbol pequeño, perennifolio, muy conocido por su fruto comestible. Una variedad de arbustos aromáticos conocidos como lavanda (Lavandula), tomillo (Thymus) y romero (Rosmarinus) también crecen allí, junto con plantas de importancia médica como la zamarilla (Teucriumpolium). Además de ofrecer una gran variedad de hábitats, esta compleja mezcla de plantas ofrece una espectacular exhibición de flores cada primavera.
Las áreas boscosas de la cuenca del Mediterráneo son mucho más diversas que las que se encuentran en otras zonas de Europa. De las 290 especies de árboles nativos de la cuenca del Mediterráneo, 201 son endémicas. El cedro del Líbano (Cedruslibani) en particular, es conocido por su madera, después de haber sido utilizado indiscriminadamente durante miles de años, ahora tiene un lugar de honor en la bandera libanesa. La única especie de palma nativa de Europa, la palmera Phoenix (Phoenix theophrasti) también se encuentra en la cuenca del Mediterráneo, hallándose en algunas poblaciones dispersas en Creta y Turquía.
El mar Mediterráneo es el anfitrión de una variedad de plantas únicas, incluyendo 200 especies macroscópicas endémicas. Una de las vegetaciones marinas más importantes es la pradera de pastos marinos como la Posidonia oceánica, que soporta más del 80 por ciento de la población de peces del Mediterráneo.
Mamíferos. A pesar de que la cuenca del Mediterráneo tiene un menor número de especies de mamíferos y aves que otros sitios de los conocidos como puntos calientes de la biodiversidad, sigue siendo el hogar de 220 especies de mamíferos, de los cuales un impresionante 11 por ciento son endémicos de la región.
Una de las especies más fascinantes, la foca monje del Mediterráneo (Monachusmonachus) que se encuentra en peligro crítico de extinción, utiliza las cuevas marinas aisladas de la región para reproducirse en ellas. La única especie europea de primate, el mono de Berbería (Macaca sylvanus) y la especie de felino más amenazada mundo, el lince ibérico (Lynxpardinus), también viven en la región del Mediterráneo junto con 23 de 85 especies de cetáceos.
Aves. Además de ser el hogar de alrededor de 500 especies de aves, 25 de las cuales son endémicas, la cuenca del Mediterráneo es una importante ruta migratoria siendo destino obligatorio de unos dos billones de aves que viajan a o a través de la región cada año.
De los residentes permanentes de la cuenca del Mediterráneo, el águila imperial ibérica(Aquila adalberti) es quizás una de los más impresionantes. La espectacular variedad de especies endémicas también incluye a la alondra de Raso (Alaudarazae) y la pardela balear (Puffinusmauretanicus). La región alberga poblaciones de especies de aves amenazadas a nivel mundial, incluyendo el pelícano ceñudo (Pelecanuscrispus), la cerceta pardilla (Marmaronettaangustirostris) y el zarapito fino (Numeniustenuirostris).
Reptiles y anfibios. Una sorprendente diversidad de reptiles existe en la cuenca del Mediterráneo, con un 48 por ciento de las 355 especies de reptiles que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Los lagartos del género Gallotia sólo se encuentran en las Islas Canarias e incluyen el Lagarto de Gran Canaria (Gallotiastehlini), el lagarto canario moteado (Gallotia intermedia) y el lagarto gigante de El Hierro (GallotiaSimonyi).
Muchas de las especies de anfibios también son exclusivas de la región, siendo el 64 por ciento de las 106 especies endémicas. Ejemplos fascinantes de la diversidad de anfibios incluyen el sapillo balear (Alytesmuletensis) y la Salamandra de cueva (Proteusanguinus).
Peces e invertebrados. Abarcando tanto los hábitats de las aguas dulces como los de agua salada, la cuenca del Mediterráneo como era de esperar tiene una amplia gama de habitantes acuáticos. El mar Mediterráneo es el hogar de unas 519 especies de peces óseos, tiburones y rayas, de las cuales 74 especies son endémicas. Los hábitats de agua dulce son también muy diversos, con 60 especies endémicas incluyendo el Ghizáni (Ladigesocyprisghigii), el cual ha sido salvado recientemente de la extinción mediante una administración cuidadosa de su hábitat.
Debido a la gran variedad de plantas en la región mediterránea, existe una alta diversidad de invertebrados. Alrededor del 75 por ciento de las 150.000 especies de invertebrados europeos se encuentren en la cuenca mediterránea. Escorpiones, cigarras, libélulas y una gran variedad de mariposas de colores son sólo algunos de los grupos de invertebrados que viven allí.
Amenazas. Después de haber sido ocupada por los seres humanos durante unos 8.000 años, la cuenca del Mediterráneo ha estado bajo la influencia humana por mucho más tiempo que cualquier otro “punto caliente” biológico. Actualmente es el hogar de alrededor de 455 millones de personas y es visitada por unos 246 millones de turistas cada año. La presión de este volumen de personas está causando una severa degradación en el ambiente natural del Mediterráneo y sólo un cinco por ciento de su hábitat original se mantiene intacto.
Durante siglos, los sistemas agrícolas de la cuenca del Mediterráneo han existido manejando un delicado equilibrio entre la productividad y la conservación de la vida silvestre. A pesar de esto, las prácticas antiguas han sido abandonadas en los últimos años en favor de métodos intensivos a escala industrial. La deforestación, el pastoreo intensivo y los incendios, han dado lugar a la pérdida de hábitat vital para las especies endémicas. El desarrollo de la industria del turismo también ha puesto una enorme presión sobre los hábitats costeros con la construcción de hoteles y casas de recreos que terminan cementando muchas zonas del litoral.
Los ecosistemas de agua dulce tienen una alta presión por la demanda de agua para el riego de cultivos que se acerca a niveles insostenibles. Existen más de 3.500 represas en los ríos mediterráneos que alteran permanentemente el régimen de flujo y el hábitat de muchas especies. Como resultado, más del 56 por ciento de los peces de agua dulce endémicos están actualmente clasificados como amenazados de extinción. La contaminación, las especies invasoras y el cambio climático también repercuten en la biodiversidad de la región.
Conservación. La conservación de la Cuenca del Mediterráneo no es de ninguna manera un concepto nuevo, existen áreas de recursos naturales que ya estaban protegidas incluso por los griegos y los romanos de hace 2.000 años. Sin embargo, actualmente tan sólo el 4.3 por ciento de la cuenca del Mediterráneo se encuentra reservada como áreas protegidas. Un importante objetivo de conservación es ampliar estas áreas protegidas, aunque existe el temor de que serán demasiado pequeñas para mantener las poblaciones de especies endémicas amenazadas.
Un método de conservación que ha tenido cierto éxito es la creación de reservas de la biosfera, donde se permite que los recursos y la tierra dentro de la reserva sean utilizados de manera sostenible. Esta estrategia de equilibrar la conservación con las necesidades de las personas es probable que sea importante para el éxito de cualquier medida de conservación en el Mediterráneo. Se han implementado una serie de planes de gestión, como el Programa de Acción Estratégico para la Conservación de la Diversidad Biológica (SAP BIO), cuyo objetivo es evaluar la diversidad biológica marina y costera de la cuenca del Mediterráneo y determinar las mejores maneras de mejorar y proteger estos importantes hábitats. Actualmente existe un plan de 25 años para reducir la contaminación de origen terrestre.
A pesar de que aún enfrenta muchas presiones, el reconocimiento de la cuenca del Mediterráneo como un punto caliente de biodiversidad a nivel mundial, ofrece esperanzas para su futuro, ya que estas zonas se consideran de alta prioridadde conservación.